He querido dejar un tiempo para que se asienten algunas ideas que he leído, escuchado o meditado estos días. Casi todas ellas no son nada fáciles de encajar, pues creo que el escenario que se ha abierto es la mar de complejo. Ya me disculparéis si no caigo en obviedades tipo "el PP ha crecido en apoyos y votos" o "Podemos ha alcanzado su máximo techo" porque para ello ya hay miles de comentaristas políticos que se tienen que ganar el pan...
A mí me gustaría relacionar este escenario con nuestras inversiones bursátiles. E ir reflexionando sobre algunas ideas para proteger esas inversiones, o por lo menos que rindan lo máximo posible. Al igual que hay un tipo de conducción eficiente y "anticipada", mí me gustaría practicar una inversión "anticipada", donde los distintos acontecimientos no nos supongan un revés tras otro.
Voy a intentar exponer argumentos, dar datos, hacer reflexiones, pero sin ningún afán de adivinar el futuro a base de predicciones. Esas mejor, que se las haga cada uno para que se equivoque solito en su casa.
1. Ha habido un partido que, de la nada, ha sacado 70 diputados y los ha mantenido en dos elecciones consecutivas. Yo soy de los que ven el vaso siempre medio lleno y en el caso de PODEMOS creo que el "partido" no ha hecho más que empezar. Y esos diputados han sido obtenidos con la economía y el empleo creciendo. Veremos cómo van las cosas cuando sea con crisis y destruyéndose empleo.
2. En España no tenemos la cultura democrática del pacto. Ni en los antiguos partidos ni en los nuevos. Nos falta un aprendizaje y años para adquirirla. Por ello, cualquier coalición o acuerdo que se alcance después de las elecciones adolecerá de esa falta de cultura y será muy difícil de conseguir y altamente inestable. Aunque consiguiera gobernar el PP, nadie le augura una legislatura larga...
3. Ningún partido ofrece auténticas soluciones para los grandes problemas que aquejan a la economía española: déficit, deuda, mercado de trabajo, pensiones. Las soluciones que se dan son irrisorias y siempre por la línea del gasto. Muy pocos programas hablan de manera clara como mejorar los ingresos públicos. Por tanto, la "bola de nieve" de la deuda sigue y sigue creciendo sin aparente final.
4. Sigue la destrucción de la clase media. Los nuevos contratos te atan a niveles de gasto bastante inferiores. No hay medidas paliativas ni una política de protección social para estos trabajadores de menores ingresos. El descontento se mantendrá o subirá. Aquí están los verdaderos graneros del populismo y de la cultura del subsidio.
5. Disminuyendo progresivamente esa clase media con capacidad de ahorro e inversión, cada vez habrá menos políticas de protección y defensa del ahorro y de la inversión minorista, por parte de los partidos políticos (clase media menguante = número de votos menguante). Un ejemplo es como ha sido el PP (partido de centro-derecha) el que quitó la exención fiscal de los primeros 1500 EUR de dividendos. No hay ningún partido político intersado en fomentar un "capitalismo popular". Por tanto, es urgente diversificar en productos de ahorro e inversión. Limitarse sólo a los dividendos puede ser un auténtico suicidio. En este sentido, señalar que grandes referentes de la Comunidad en inversión por dividendos, como el Monje Paciente o Lluis (ahora se le puede seguir habitualmente en el foro de Cazadividendos) han reconocido que de la bolsa sólo reciben la tercera parte de sus ingresos pasivos, aproximadamente. El resto de rentas las reciben por otras vías, como las rentas inmobiliarias.
6. Como nota muy positiva, creo que cada vez la sociedad civil en España es más sólida y da mayores señales de madurez. Esto es un hecho que aleja cada vez más la posibilidad de que se sucedan escenarios apocalípticos. Lo de sacar todo el dinero en los bancos y meterlo en un calcetín a la primera de cambio se lo dejaremos a la generacion de nuestros abuelos o incluso de nuestros padres, pero hoy en día no hay motivos para ello.
7. El escenario actual despeja las nubes sombrías que se habían acumulado sobre Bankia, REE, ENAGAS y las eléctricas. Al menos a corto plazo. Yo me mantendré fuera de las primeras, poco diversificadas, pues para nada su futuro a largo plazo está garantizado. En cambio, aprovecharé la debilidad de las eléctricas (IBE, GAS) para ir aumentando mis posiciones.
8. El problema persistente y casi irresoluble del déficit y de la deuda pública hace que me mantenga alejado de cualquier inversión en entidades financieras o de seguros, los mayores tenedores de deuda soberana.
Bueno, y hasta aquí unas cuantas reflexiones. Como dije en el post anterior, después de la tempestad viene la calma. Aprovechémosla para reestructurar nuestras inversiones, solucionar los puntos débiles de nuestras carteras y fortalecerlas lo más posible para que puedan resistir cualquier tipo de incertidumbre.
Un abrazo a todos y todas
Julio